Adios Al Trabajo de Oficina

A veces  la decisión que mas temes es la decisión que te liberara.

Renuncie a mi trabajo. Después de cinco años de entregarme en cuerpo y alma llego el tiempo de partir.

No fue una decisión fácil. Aunque hace mucho tiempo sabia que quería renunciar nunca tenia el valor suficiente para hacerlo. Siempre me convencía a mi misma de que solo tenia que “terminar el día laboral, luego tenia que terminar el día de mañana, y después, pasado mañana.”  

Finalmente llegue a un punto donde se me hacia difícil levantarme por las mañanas. Ya no me podía enfocar en lo que hacia. Me sentía tan removida de mi trabajo y de mi vida. Sentía que ya no tenia nada mas que dar. Nadie habla del estigma o de lo difícil que es dejar un trabajo que “paga bien” por motivos del bien estar mental y bien estar físico. Estoy aquí para decirles, hagan lo tengan que hacer sin ningún miedo. Háganlo por su bien. En tu vida tu eres el personaje principal. Vive tu vida como personaje protagónico y no como personaje secundario.

Si me siguen en las redes sociales talvez han visto que siempre subo fotografías demostrando la belleza de mi país el salvador. Pero contrario a lo que han de pensar no paso viajando todo el tiempo. Cuando sometía tiempo de vacaciones en el trabajo en si no eran “vacaciones.” Nunca cesaban las llamadas, los textos, y los correos electrónicos. Aunque trabajaba desde casa sentía que todos tenían acceso a mi 24/7.  No tenia paz y estaba perpetuamente cansada. Cansada de las noches que me quedaba sin dormir, las noches de desvelo. Cansada del estado de ansiedad y cansada de nunca tener el apoyo ni la oportunidad de crecer profesionalmente.

Soy del tipo de persona que AMA el aprendizaje. Me aburro rápidamente especialmente si estoy en un entorno en el cual no hay retos ni oportunidades de aprender algo nuevo o oportunidad de crecimiento personal y profesional. Hay gente que ama la rutina, pero yo, yo amo la aventura. Vivo por los retos y las experiencias que me ensañan algo nuevo, Vivo por los momentos incomodos que me impulsan a crecer y salir de mi área de conforte. Estoy extremadamente agradecida por las oportunidades y la sabiduría que me dio mi empleo y este rol, pero ya había servido mi propósito y era tiempo de superar esta etapa.

No les voy a mentir- me preocupaba el que dirá de la gente. Estaba renunciando a un trabajo que tenia beneficios buenísimos y que me había permitido temporalmente vivir el estilo de vida de nómada que yo siempre había querido. Digo temporalmente porque cuando comenzaron a levantar las restricciones de COVID-19 se especulaba el regreso a las oficinas centrales. Solo era una cuestión de tiempo hasta que recibiera la llamada diciéndome que era tiempo de regresar a la oficina. Sabia que mi familia tendría muchas opiniones acerca de mi decisión y sabia que me juzgarían. ¿Es decir, si no te juzga tu familia en verdad son familia?

Temía las conversaciones que estaban por venir. ¿Porque dejaste el trabajo? ¿Encontraste un trabajo que te paga mejor? ¿Y que harás ahora? Y no. Olvidemos las comparaciones pero fulano de tal esta haciendo esto y tiene buen trabajo, y tu porque no?  

Honestamente tuve que aprender que yo tengo todo el poder. Yo decido lo que me afecta y si dejo que me afecte lo que dicen los demás o si simplemente guardo y aprecio los consejos buen intencionados y dejo que me resbale lo negativo. La gente siempre va hablar y tendrá una opinión pero ultimadamente, soy yo la que tendré que vivir con mis decisiones sea que me hagan feliz o me enseñen una lección. Pero por el momento estoy contenta con la vida y las decisiones que e elegido.   

¿Me arrepiento de haber renunciado? ¡Por supuesto que no! Por fin tengo una paz interna. Mi cuerpo me ha demostrado que el también esta sanando lentamente después tener que vivir en alerta y con altos niveles de estrés. Para las mujeres en la fuerza laboral por favor háganle caso a su cuerpo. Para los que no saben yo he sido diagnosticada con el síndrome poli cístico en los ovarios. Durante mis últimos tres años este rol mi cuerpo intento decirme que no estaba bien. Pero decidí ignorar los síntomas. Desde que me dieron una “promoción” en el trabajo perdí mi ciclo. Intente todo lo posible para recuperarlo. Baje de peso, cambie mis hábitos alimenticios, me ejercite, hasta cambien mis hábitos de dormir. Pero el estrés de mi trabajo impactaba demasiado a mi cuerpo y estos cambios no fueron lo suficiente. Hace dos meses que renuncie y por fin lentamente estoy recuperando mi ciclo. Ahora también duermo mejor y la mayoría de los días me siento bien.

¿Arriesgue bastante? Si.

¿Estoy ganando los mismo que en mi empleo anterior? Aun no.

¿Si tuviese que tomar la misma decisión otra vez, lo haría? Absolutamente que si.

Siempre se honesta contigo misma. Tienes que valorarte, sobre todo. Mas veces que no la compañía por la cual trabajas no tendrá tu mejor interés en mente. Para ellos tu eres reemplazable. Asegúrate que hagas lo que es mejor para ti.

Con mucho amor siempre,

Analucy